La diferencia entre sexo, género e identidad de género en el lenguaje actual es muy reciente. Nacieron en el seno de los Estudios de Género[1] en torno a los años 70 del siglo XX. Forman parte de un complejo sistema ideológico que intenta reescribir la historia desde unas premisas antropológicas sin base científica seria[2].
Según la Ideología de Género, en la persona humana hay que separar su sexo corporal de sus intereses sexuales. La palabra sexo pasaría a utilizarse para referirse al acto sexual en sí y, en cambio, al sexo corporal (varón o mujer) se le llamaría género; a la orientación sexual, se le llama identidad de género. De tal manera que un varón que experimente atracción sexual por otro varón sería una persona de género masculino e identidad de género homosexual.
Los géneros son dos (masculino y femenino), mientras las identidades de género pueden ser ilimitadas ya que cada persona da los matices que quiera a su orientación sexual. El colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) en un esfuerzo de no dejar fuera ninguna identidad de género, ha añadido una I (Intersexual), la Q (Queer – extraño, en español) y el signo más (+) a sus siglas. Ahora mismo son conocidos como LGBTIQ+.
Las lesbianas son las mujeres que sienten atracción sexual por otras mujeres; los gay son varones que sienten atracción sexual por otros hombres; los bisexuales son los que sienten atracción sexual por hombres y mujeres indistintamente; los transexuales son personas que no se sienten identificadas con el sexo biológico con el que nacieron; los intersexuales serían los que han nacido con características sexuales de varón y mujer[3]; los Queer (extraños) son las personas que no se identifican con ninguna “etiqueta”, no quieren ser llamados ni varón, ni mujer, indistintamente de su sexo biológico.
En los medios de comunicación también han sonado mucho los no binarios, que se incluyen muchas veces dentro de los Queer. Son personas que no quieren ser identificados ni como varones ni como mujeres, y no sienten atracción por las personas de un sexo en concreto. Por último, están los de género fluido. Estos serían personas que “fluyen” entre un “género” y otro. Muchas veces se llaman así mismos de género fluido aquellos que no terminan de sentirse cómodos en un “género” concreto. Cuando la orientación sexual (identidad de género) no corresponde con el sexo biológico (género) esto genera una crisis de identidad que conlleva consecuencias muy serias para la salud mental. Representa una fuente de sufrimiento interior para la persona, más aún cuando esta desorientación sexual no es culpa suya. Sentir inclinación homosexual no es malo —éticamente hablando—, lo malo es sentirse con derecho a ejercer una sexualidad desordenada en aras de la libertad y el amor.
[1] La Iglesia Católica ha llamado Ideología de Género al conjunto de teorías sobre sexo, derechos de la mujer, población, familia, etc. del movimiento llamado Estudios de Género.
[2] Varios de los experimentos presentados por los Estudios de Género han resultado ser una farsa. El siguiente artículo presenta varios de ellos https://www.aceprensa.com/politica/ciencia-objetiva-e-ideologia/
[3] Aquí entran todas personas que antiguamente se englobaban bajo el término “hermafroditismo” y que actualmente se conocen como Trastornos de Desarrollo Sexual.
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