3.2.6. Los roles de género: importancia e implicaciones sociales.

Las corrientes de pensamiento impactan en la vida cotidiana mucho más de lo que uno podría pensar. Durante el siglo XX ha tenido gran acogida el subjetivismo, que propone la percepción subjetiva del sujeto como referente de toda verdad y moralidad. Las cosas son lo que yo piense que son en mi apreciación subjetiva de la realidad. Esto implica dar mucha importancia a los sentimientos y a las emociones, al punto de negar las conclusiones de la ciencia.

Es importante tener esto en cuenta para poder entender la postura de los Estudios de Género o Ideología de Género. Sólo en el contexto del subjetivismo se entiende el éxito de sus planteamientos.

En líneas generales, la idea es que la causa de discriminación más profunda en la sociedad no son la raza, el color de la piel o el credo, sino las diferencias sexuales. La sociedad no va a poder convivir en paz y armonía hasta que desaparezca todo tipo de discriminación, empezando por la discriminación sexual. La discriminación sexual comienza en la familia donde se nos obliga a comportarnos según unos modelos prestablecidos de varón o mujer. No debería de existir etiquetas de “varón” o “mujer”, sino simplemente humanos, indistintamente de sus aparatos genitales o de sus apetencias sexuales. Entonces, seríamos una sociedad sin odios, donde sería posible cualquier forma de amor entre los humanos. Dicho de otra manera, no existiría la limitante de ser “varón” o “mujer” para amar sexualmente a alguien.

El error de fondo es negar la evidencia científica —y de sentido común— de que el hombre nace sexuado. Se nace varón o mujer. El comportamiento masculino o femenino no es fruto de una presión social sino de la naturaleza humana. El hecho de que el varón y la mujer se atraigan sexualmente forma parte de la naturaleza humana; no es fruto de una educación ni una presión cultural. Es verdad que aproximadamente un 20% de los adolescentes presentan confusión respecto a su orientación sexual, y que una parte considerable no superará esa desorientación al pasar a la vida adulta, pero esto se debe a una serie de factores externos cada vez mejor estudiados. No hay ninguna condición biológica que predisponga a la homosexualidad. Incluso cuando se apela al pensamiento subjetivista, aunque una persona se perciba subjetivamente distinta a su sexo biológico, eso no cambia su realidad biológica.  

Por tanto, es imposible creer que algún día se podrá construir una sociedad sin diferencias sexuales. De hecho, el planteamiento de la Ideología de Género al no ser demostrable científicamente, ha tenido que recurrir a imponerse por la fuerza a través de grupos de presión social y leyes favorables a sus ideas. Cuando una voz discordante se alza en la sociedad, inmediatamente es silenciada apelando a argumentos arbitrarios como “homófobo”, “racista”, “discriminatorio”, etc. En algunos países, existen leyes que prohíben hablar en contra de la Ideología de Género.

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