3.2.9. Los métodos anticonceptivos: importancia, ventajas y desventajas.

Los anticonceptivos son métodos que tienen como objetivo impedir el embarazo. Se pueden dividir en tres tipos según el momento en que actúa su mecanismo: antes, durante y después de realizarse la cópula sexual. Su mecanismo puede ser de barrera y hormonales. No hay ningún anticonceptivo 100% eficaz para evitar contraer enfermedades de transmisión sexual.

Los anticonceptivos hormonales pueden ser píldoras, implantes bajo la piel, inyecciones, parches, dispositivos intrauterinos y anillos vaginales. Sólo están disponibles para mujeres. La mayoría funciona inhibiendo la ovulación y engrosando la mucosa cervical. Algunos son, además, antiimplantatorios, es decir que impiden que el óvulo fecundado se implante en el útero. En este caso, su eficacia consiste en que es abortivo.

El uso de anticonceptivos hormonales lleva consigo algunos riesgos para la salud de la mujer. Están asociados al riesgo de producir trombos venenosos y arteriales[1]. Producen mayor riesgo de algunos tipos de cáncer[2], algunos estudios los relaciona con el aumento del riesgo de suicidio y de los intentos de suicidio[3].

Los anticonceptivos de barrera son los que impiden que el líquido seminal fecunde el óvulo a través de una barrera física. En este grupo se encuentran los condones masculinos, condones femeninos, capuchones cervicales, diafragmas y esponjas anticonceptivas con espermicida. Es el método anticonceptivo más utilizado.

Dentro de los anticonceptivos de barrera, está el Dispositivo Intrauterino (DIU). Altera la fisonomía del cuello uterino, de manera que no sea viable la fecundación. Tiene varios riesgos a causa del cobre y la progestina que liberan.

Los anticonceptivos consiguen su objetivo con tasas altas de eficacia, pero tienen serios riesgos para la salud afectiva y psíquica de la pareja. Al separar la dimensión procreativa del acto sexual, la pareja cambia la naturaleza de la unión sexual. La barrera física u hormonal es también una barrera psicológica. La pareja no es querida en su totalidad, que incluye una posible maternidad o paternidad, sino sólo parcialmente. Esto influye en la relación matrimonial, cambiando paulatinamente la percepción de la pareja durante el acto sexual: se pasa de una relación de amor a una relación de placer.

Mutatis mutandis, lo mismo sucede en el caso de las relaciones sexuales fuera del contexto matrimonial. En este caso, la situación es más evidente ya que desde el inicio de la relación, la posible paternidad o maternidad están del todo descartadas. No digamos en los casos donde el encuentro íntimo tiene como objeto únicamente la búsqueda de placer.


[1] https://www.aceprensa.com/sociedad/los-anticonceptivos-no-orales-tienen-mas-riesgos/

[2] https://www.cancer.gov/espanol/cancer/causas-prevencion/riesgo/hormonas/hoja-informativa-pildoras-anticonceptivas

[3] Cfr. https://www.bioeticaweb.com/dos-macroestudios-confirman-los-riesgos-de-los-anticonceptivos-hormonales/

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