3.2.2. Sexualidad responsable: plan de vida y madurez biológica, psicológica, económica, etc.

La sexualidad responsable implica el conocimiento del proyecto original de la naturaleza para la sexualidad. Este proyecto es el que integra los aspectos biológicos, psicológicos y afectivos de modo armónico. Al entender el sentido de la sexualidad en la vida del hombre, es posible llevar a cabo un proyecto de vida y madurez responsable, y acorde a la dignidad de la persona.

Al entrar en la pubertad, el varón y la mujer experimentan por primera vez la fuerza del instinto y del apetito sexual. Comienzan un proceso de aprendizaje que les permite ordenar sus pasiones. Las carencias afectivas de la infancia pueden afectar seriamente este desarrollo.

La adolescencia está marcada por la presencia de lo sexual debido a la novedad que representa en la vida de la persona. Los afectos deben ser ordenados. No es aún el momento de establecer una relación formal, sino de prepararse para el futuro.

La preparación para el futuro no es sólo parte de un plan de realización personal, sino también el modo concreto en que se sostendrá la propia familia, y la gran familia de la sociedad.

En la adolescencia no ha llegado el momento de formalizar una relación, porque no se cuenta aún con los medios materiales y psicológicos para afrontar el compromiso de una familia.

La adolescencia termina en torno a los 18 años. Inicia la juventud y la última fase de preparación académica para desempeñar un puesto en el entramado de la sociedad. Ha terminado la inestabilidad emocional y afectiva de la adolescencia. Ahora sí ya es viable formalizar una relación de noviazgo con alguien. El éxito de esta relación dependerá de que los novios tengan claro que se están preparando para el matrimonio. Cuando la relación de noviazgo no tiene ese objetivo en mente, se reduce a una relación pasajera que tarde o temprano terminará causando daño psicológico a la pareja.

El período de tiempo recomendado para una relación de noviazgo es de tres a cinco años. Es un tiempo suficiente para conocerse. Estos años deberían de bastar para tomar o no la decisión de contraer matrimonio.

La edad ideal para contraer matrimonio es entre los 20 y 30 años. Eso no significa que no se pueda contraer matrimonio más adelante. Durante esa edad se cuenta ya con la madurez psicológica y física para sostener económicamente una familia y cuidar de los hijos. Hoy día muchos jóvenes retrasan la edad para contraer matrimonio. Esperan contar con tantas seguridades materiales que el momento ideal nunca llega. Contraer matrimonio siempre representa una aventura. Es imposible tener todo resuelto. Pero los novios han de estar tranquilos porque cuentan con el apoyo de muchas instituciones a lo largo de las distintas etapas de su matrimonio.

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